el arte no es un lujo,
es una necesidad del espíritu,
es un estílo de vida.
Motivos para elegir obra gráfica como regalo de empresa

• Su regalo dice que usted considera a su cliente como una persona culta e interesada en el arte.

• Una obra gráfica es un regalo permanente, sigue dando placer y va adquiriendo valor año tras año.

• Es ligera, de fácil y económico transporte.

• Representa un cambio refrescante comparado con los regalos de empresa usuales.




¿Qué ofrecemos en Sello Blanco?

1. EDICIONES DE GRÁFICA. Que por sus cualidades como obra artística seriada es ideal a un costo económico (huecograbado y serigrafía).


2. ORIGINALIDAD. Cada cliente es especial y requiere de productos que se adapten a sus necesidades, estilos y espacio, para lo cual podemos presentarle propuestas temáticas y estilísticas.


3. AUTENTICIDAD. La obra gráfica es un original múltiple con sello del artista en cada estampación, se respalda con la firma y numeración, impresa sobre papel algodón de calidad especial para estampación artística. Es una obra realizada especialmente para su empresa. (No es un cliché o póster común).


 



Ex libris

Conocemos como EX LIBRIS a la estampa de pequeñas dimensiones que se adhiere al reverso de la cubierta o en la guarda de un libro teniendo como finalidad indicar la propiedad del volumen. Consiste en una etiqueta o sello de contenido artístico que se ha reproducido con cualquiera de las técnicas de grabado (litografía, xilografía, linograbado o huecograbado) .



Esta pequeña obra artística ha de contener las siglas en latín Ex libris seguidas del nombre del propietario (persona o institución) de los libros en los que se va a insertar. Debe constar también la firma del artista y la fecha de su realización. El contenido artístico del mismo es habitual que identifique alguna de las cualidades o aficiones de su titular.



El significado de EX LIBRIS, sería "de los libros de..." , "libro de..." o "libro perteneciente a... "
















Su origen es latino y proviene de una indicación que se insertaba al final de los códices medievales para dejar constancia de quién era el dueño de la copia.